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  • Foto del escritorNatalia Palma

Han sido meses difíciles, ¡salvo para las ardillas!

Ha concluido el primer trimestre del año y, debido a la contingencia sanitaria, el trajín usual y los trabajos cotidianos del CU Tenancingo se han ralentizado. Todo aquel que se encargue de un jardín o del trabajo en campo sabe que una pausa de esta naturaleza puede traer consecuencias espectaculares...


1. Espinas y maleza por todas partes.

2. Banquetes para los animalitos locales (ardillas, conejos, tuzas).


En el video se pueden apreciar las camas de tigridias, con ramas y maleza de la temporada.


En la foto: las ardillas escarban la tierra para encontrar bulbos de tigridia.


De febrero a marzo nos dedicamos a poner en buenas condiciones las hectáreas donde habitan no sólo las tigridias, sino las otras especies vegetales que con ellas conviven: agapandos, lirio araña, flor de la pasión, muchas solanáceas, rosales y zarzas (con más espinas), gladiolas, uvas, nochebuenas, jacarandas, plátanos, magueyes, papas perdidas, y no son todas.



Después de quitar la maleza y remover la tierra, pusimos lumbrihumus en las camas de las terrazas, limpiamos los pasillos y nos ocupamos de los excesos de humedad.

Claro, y para combatir a las tenaces ardillas, cuyo alimento favorito consiste en bulbos de tigridia, tapamos algunas madrigueras y sembramos hortalizas: lechuga, jitomate, espinacas, zanahorias.


Cerca de 40 costales de lombricomposta fueron aplicados a las camas.


Con la entrada de abril, nos resta arreglar las macetas que tienen bulbos de tigridias distintas a la pavonia, la población predominante en el CU Tenancingo. Las nuevas adiciones este año serán: Tigridia durangensis, Tigridia flammea, Tigridia mortonii, Tigridia venusta, Tigridia gracielae, entre otras.



La tierra ha quedado preparada y ya han salido los primeros brotes.


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